En el templo de mi interior

Unos amigos me enviaron unos mensajes de texto, recordándome algo importante: que a Dios se le escucha en el templo. Y aún más interesante, que mi cuerpo es el templo.

Mis amigos, Samuel y Pablo, me dijeron que también te enviaron el mensaje a ti. ¿Lo recibiste?

En otras palabras, tú y yo podemos escuchar a Dios en el templo de nuestro cuerpo.

En la vida cotidiana, podemos interpretar que escuchar “fuera” del templo es escuchar a los demás. Y escuchar “dentro” del templo es escucharnos a nosotros mismos.

A muchos de nosotros nos educaron desde niños a escuchar a nuestros mayores y a obedecerles. Este es un factor muy importante, que cuando no lo nivelamos con el aprender a escuchar DENTRO del templo (dentro de nosotros mismos), nos puede dejar fuera de balance.

La invitación que Jesús, el carpintero, nos hace, también la podemos entender de esta manera.

Escucha dentro del templo, es decir, dentro de ti, pues es ahí donde Dios te llama por tu nombre de manera personal (como le pasó a mi amigo Samuel).

Fácil, ¿cierto?

No necesariamente.

Dios se encuentra tanto fuera de nosotros como dentro de nosotros. No hay lugar donde Dios no esté. Lo que esto quiere decir es que también podemos escuchar a Dios dentro de nuestro templo, dentro de nosotros.

Todo empieza con querer hacerlo, con querer escuchar a tu interior.

Es normal que en el día a día tengamos tantas demandas, que no siempre es fácil dedicar tiempo a nuestra vida interior. Es ahí donde se alberga todo lo que pensamos y no expresamos, lo que sentimos y no decimos, lo que queremos y no buscamos. En nuestro interior depositamos lo que no sabemos o podemos articular.

Y la gran sorpresa, que al poner atención a nuestro interior, es posible descubrir el susurro amoroso de la presencia de Dios.

¿Cómo te fue entonces con el planear o proyectar tus propósitos de año nuevo?

En la publicación anterior mencioné cómo por varios años sentía que fallaba en mis propósitos, pues no eran míos, imitaba ajenos. Tuve que pausar y reflexionar acerca de qué era lo que ya no estaba funcionando y qué era lo que quería para poder definir mis propósitos.

Cuando no hemos aprendido cómo escuchar nuestro interior, no sabemos ni cómo ni dónde empezar. Nuestro mundo exterior es tan estimulante, que calla fácilmente la voz de nuestro interior.

¿Y tú? ¿sabes escuchar a tu interior?

Escuchando a tu interior, también puedes escuchar al amor divino dentro de ti. Dios te creó y te conoce, por lo que si pones atención dentro de ti, es muy posible que empieces a identificar eso que solo tú puedes distinguir como lo que es tuyo.

¿Qué es lo que realmente anhelas?

El encontrar a Dios DENTRO de tu templo, dentro de tu ser, es una experiencia muy amorosa, personal y liberadora. Cuando cada uno de nosotros puede lograrlo, descubrimos que al escuchar a Dios, también podemos escuchar lo que hay en nuestro interior.

Te comparto una manera de buscar cercanía con Dios y empezar o profundizar tu escucha dentro de tu templo (dentro de ti). Esta guía te puede apoyar en definir tus propósitos para este año que comienza.

Descargar guía.

Dios ya está en el templo, y Jesús ya está dentro de ti. ¿Ya lo descubriste?

Gracias por tus mensajes privados. Les sigo dando la bienvenida. Si gustas, también los puedes dejar aquí abajo.

Marisol

P.D. Tú también puedes leer los mensajes de texto que me enviaron mis amigos en las lecturas del II Domingo del tiempo ordinario, ciclo B.