Fue cuando tenía aproximadamente 19 o 20 años de edad que tuve mi primer campamento Kairós. Actividades dentro la naturaleza se vuelven lecciones de vida desde una perspectiva de fe. Experiencias reveladoras, desafiantes y de gran sabiduría.
Tiempo después de haber vivido mi campamento, me integré a un equipo que los organizaba, y aprendí aún más. Las actividades son tan variadas, que es prácticamente imposible incluirlas todas en un solo campamento. El tener la oportunidad de formar parte de un equipo me dejó ver muchas de las actividades que a mi no me tocaron en mi propio campamento.
Una actividad que era diferente y que sí era constante en todos los campamentos, era acerca de recibir una promesa.
-¿Una promesa?
La verdad no sabía de qué se trataba. Ni idea. Y aunque tenía curiosidad, como que no me llamaba lo suficiente la atención… En fin…
Antes de estar expuesta a esta actividad, lo que escuchaba de las promesas era que eran algo serio y de mucho compromiso. Se sentía como algo hasta pesado de cumplir. Una frase que recuerdo haber escuchado repetidamente era:
-Nunca prometas nada que no puedas cumplir.
En tu caso, ¿cómo percibes las promesas? ¿Te “pesan”? ¿te emocionan?
Como mi predisposición a las promesas no era algo necesariamente “alegre”, pues tampoco me “alegró” el saber que había algo dentro del campamento relacionado con promesas.
Recordándolo bien, había sabido mucho de promesas rotas, con su correspondiente desilusión. Llegué a tener relaciones románticas de juventud, donde había lindos momentos, solo para descubrir que él era una persona falsa saliendo con dos personas a la vez. No había promesa hasta ese momento, pero no me quedaron ganas de verificar si cumpliría o no alguna posible promesa.
En tu experiencia, ¿te ha tocado que no cumplan con promesas que te han hecho? ¿Cómo fue eso para ti?
Dentro del campamento, había algun@s compañer@s que sí estaban familiarizad@s con la actividad, y ell@s sí estaban bastante emocionad@s por lo que venía.
Ya casi por terminar el campamento, llegó el momento de las promesas. Cada uno de los participantes terminamos con un pequeño papel en nuestras manos. Ese papel tenía una cita bíblica, diferente para todos. Y era en ese pequeño papelito que se encontraba la promesa.
Luego de que cada uno recibiéramos nuestra promesa, teníamos tiempo destinado para recibirla y meditarla. La naturaleza era el espacio perfecto para apoyarnos a todos y a cada uno en este proceso.
El revelar nuestra promesa a alguien más era completamente voluntario. Había a quienes les encantaba hacerlo, y a otras pocas personas, les gustaba reservárselo.
Algo que se me hacía fascinante, fue que a algunas personas les tocaba la misma promesa en distintos campamentos, y lo tomaban con mucha alegría.
Hasta este entonces fue que personalmente empecé a tener una percepción más amorosa de lo que podía ser una promesa.
Y en otro momento, alguien nos compartió que Dios no se olvida de sus promesas.
Y tú, ¿percibes promesas de parte De Dios para ti?
En la escritura Jesús les dice a los apóstoles:
-Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi padre.
Este lugar era Jerusalén. Y la promesa se cumplió.
También, Jesús nos dice que estará con nosotros hasta el fin del mundo. Y esta cita bíblica era una de las que se daban como promesas en los campamentos.
¿Te has sentido sol@ alguna vez? ¿Podrías recibir esta cita bíblica no como promesa, sino como recordatorio que Dios siempre ha estado contigo?
De una manera que tal vez no es fácil de entender, Dios tiene la eternidad en la palma de su mano, y lo que parece ser pasado y futuro, es siempre presente para Dios.
¿Será por eso que su mensaje es eterno?
Pablo nos recuerda que Jesús, que nos hizo promesas, es fiel a su palabra.
Lo que para nosotros en un momento es una promesa, es decir, en el futuro, llega el momento en que es un recordatorio.
¿Podrías ver las promesas De Dios como recordatorios en tu vida?
Si el Espíritu te inspira, comparte con Jesús carpintero las promesas que has recibido de su parte. Y tal vez, descubras que algunas no son promesas, sino recordatorios.
Marisol
P.D. Podemos escuchar acerca de lo que Jesús nos promete en las lecturas del VII domingo del tiempo de pascua, año / ciclo C, en la fiesta de la Ascención del Señor.