Más allá de tus planes

Cuando estudiaba mi licenciatura en artes, comencé con el piano como instrumento principal.

Como parte del currículum, tenía que tomar un instrumento complementario, y fue el cello el instrumento en el que me inscribí. 

Después del primer año escolar usando uno de los cellos de la escuela, mis papás hicieron el esfuerzo y me compraron un cello para poder usarlo a mi tiempo, pues los instrumentos de la escuela no había manera de llevarlos a casa. 

Antes de tener yo mi propio cello, cuando iba a ala escuela solo llevaba algunos libros, libretas y copias de partituras. Y eso era suficiente, pues el piano acústico no es portátil, obviamente. 

Cuando llegó el momento de poder tener mi propio cello, me encontré con una situación que no anticipé, por obvio que hubiera sido para alguien más, fue una situación nueva para mi. Tenía que prepararme para entrar y salir de casa con el cello.

El cello es un instrumento grande, y entonces yo tenía un carrito Volks Wagen, llamado “bochito”, que era uno de los más pequeños en ese entonces.  Instrumento grande, carro pequeñito, pues me tomaba tiempo acomodarlo en el espacio disponible.

Una vez que llegaba a la escuela con mi instrumento, no podía sentarme en cualquier lugar, sino que tenía que buscar un espacio de casi tres personas para poder acomodar mi cello cerca de mi, y estar segura de que no estorbara a nadie ni que nadie lo fuera a patear por accidente. 

Todos estos cambios fueron nuevos para mi, no los pude haber anticipado por no haber tenido ninguna experiencia anterior similar.

Con el tiempo, fui aprendiendo el cuidado que el instrumento requería, al que tampoco estuve expuesta. Me tomó bastante tiempo tener una idea más clara del cuidado y detalles que un instrumento como el cello me pedía. Como anteriormente yo solo estaba acostumbrada al piano, pues se me hizo mucho. 

Con el tiempo y la novedad, aprendí que lo mejor era tomar mi tiempo para todo, y buscar prepararme lo mejor posible. Mi vida comocellista no era la misma que como pianista.

Esta situación me fue de apoyo para otra etapa de mi vida.

Cuando yo era una jóven madre, el salir de casa con hijas pequeñitas era toda una odisea. Con mi primer hija descubrí que tenía que planear muy bien qué era lo que iba a poner en la pañalera, calcular a dónde íbamos a ir y por cuánto tiempo. Esos detalles me ayudaban a saber cuántos pañales, cambios de ropa y comida extra llevaría.

Al principio me tomaba tiempo el pensar, pero luego se me hizo fácil por la práctica, y cuando nació mi segunda hija ya no me fue difícil para nada. Como madre, aprendí a hacer varias cosas al mismo tiempo. Y en otras ocasiones, precisamente por querer hacer varias cosas a la vez, se me terminaban olvidando otros asuntos también importantes.

Sin darme cuenta, fui desarrollando un hábito de buscar prepararme para casi todo, por no decir que para todo, jajaja.

¿Cuál es tu experiencia? ¿Te beneficias de planear tus actividades a detalle? ¿O dejas que las cosas fluyan por sí solas?

Para ti, ¿qué es lo que mejor te funciona?

En el evangelio, hay un momento en el que Jesús les dice a sus discípulos que vayan a proclamar la buena nueva, y que no lleven dinero mi morral, además de que les dice que no se detengan. Y por si fuera poco, les dice que los envía como corderos en medio de lobos.

Oh…. Okay….  Hmmmm… es decir, ¿cómo ?

¿Y la preparación, provisiones, planes y prevenciones? 

Y además de mi propia experiencia, en diferentes áreas de mi vida de parte de muchas personas y en diferentes contextos he escuchado el beneficio de prepararse de antemano para prevenir contingencias. Hasta Jesús mismo lo dice en otro momento, cuando relata las burlas que le hacen al hombre que no planea y no termina su construcción. 

Entonces, ¿de qué se tratará el mensaje de Jesús? ¿Acaso nos estará pidiendo que también confiemos en su providencia y no solo en nuestros planes? 

No estoy segura que necesite detallarlo, pero hubo (y sigue habiendo)ocasiones en las que mis planes no resultan como anticipo. Y aún así, dios provee.

Si el Espíritu te inspira, comparte con Jesús carpintero tus planes y proyectos. Y tal vez, tu confianza en Jesús te muestre un camino nuevo, diferente y donde no te falta nada para realizar la misión de tu corazón.

Marisol

P.D. Podemos escuchar acerca de las instrucciones de Jesús a los discípulos en las lecturas del XIV domingo del tiempo ordinario, año / ciclo C.